Primera obra de Júlia Sardà, una de las más originales ilustradoras españolas del panorama actual que ha desarrollado su carrera íntegramente en el exterior, en la que toma el mando del guion y el dibujo de la trama. Una novela infantil, que evoca vivencias de su propia infancia -tal y como cita en la dedicatoria inicial-; centrada en la búsqueda de la propia identidad. Disfrazado de cuento de hadas, el relato describe las inquietudes de Franca, quien ha perdido el interés por su mayor pasión, la pintura. Para deshacerse de ese sentimiento extraño y buscar nueva inspiración decide abandonar el calor de la casa y explorar el bosque, un lugar al mismo tiempo sombrío y excitante en el que está segura de que encontrará solución a esa crisis, alentada por las extrañas apariciones de una reina de quien solo sabe que reside en una cueva. La propuesta sigue los cánones estéticos que han caracterizado la brillante carrera de la autora, con ciertas reminiscencias a los diseños geometrizantes de grandes iconos de la ilustración española, como Miguel Calatayud; y pequeños homenajes a elementos de la cultura popular. Ha sido seleccionada como obra candidata para obtener la Medalla Carnegie e incluída entre los 100 mejores libros del mundo publicados recientemente en la Feria de Bolonia.
Conoce la obra de Júlia Sardà en Canal Lector
Primera obra de Júlia Sardà, una de las más originales ilustradoras españolas del panorama actual que ha desarrollado su carrera íntegramente en el exterior, en la que toma el mando del guion y el dibujo de la trama. Una novela infantil, que evoca vivencias de su propia infancia -tal y como cita en la dedicatoria inicial-; centrada en la búsqueda de la propia identidad. Disfrazado de cuento de hadas, el relato describe las inquietudes de Franca, quien ha perdido el interés por su mayor pasión, la... Seguir leyendo
La reina en la cueva
Todo empezó con una sensación extraña...
Un día, de repente, a Franca no le apetecía pintar, ni hacer collages. Ni siquiera le apetecía leer...
- ¿Nadie má se siente un poco... rara? -preguntó Franca.
- ¿Como cuando es domingo y empieza a anochecer? -quiso saber Carmela, su hermana pequeña.