Conocíamos a Pablo Echart, profesor en la Universidad de Navarra, en otros terrenos literarios como el estupendo estudio sobre la comedia romántica del Hollywood de los años 30 y 40 publicado en Cátedra en 2005. Ese amor por el cine que demostró en aquella obra seguro que también estuvo fraguado en la infancia, como la que retrata a través del protagonista de este emotivo álbum con el que debuta en la literatura infantil y juvenil. La conversación entre el padre y sus hijos conduce a un hilo circular de recuerdos y sentimientos, habitaciones de la memoria llenas de luz y felicidad, al calor de seres queridos. Algunos presentes, otros quizá ausentes, pero esos fogonazos de alegría en forma de excursiones en pandilla, bromas en clase, amores, expresiones asociadas a personas, afectos del tiempo dichoso (y siempre volátil); se quedan para siempre, ahora retratados y sintetizados con gran belleza en unas cuantas palabras que, al ritmo de las siempre sugerentes ilustraciones de Concha Pasamar -aquí utilizando técnicas mixtas que aúnan lo analógico y digital-; seguro emocionarán a lectores de otras generaciones (y a sus padres y madres).
Selección de Concha Pasamar para la sección "Indipensable en mi maleta" de Canal Lector
Conocíamos a Pablo Echart, profesor en la Universidad de Navarra, en otros terrenos literarios como el estupendo estudio sobre la comedia romántica del Hollywood de los años 30 y 40 publicado en Cátedra en 2005. Ese amor por el cine que demostró en aquella obra seguro que también estuvo fraguado en la infancia, como la que retrata a través del protagonista de este emotivo álbum con el que debuta en la literatura infantil y juvenil. La conversación entre el padre y sus hijos conduce a un... Seguir leyendo
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Mis hijos me preguntan a menudo cuántos años voy a cumplir.
- Treinta y ocho.
- ¿Y después?
- Treinta y nueve.
- ¿Y después?
- Cuarenta.
Porque sueñan con la vida que vendrá.