Astro nació como álbum ilustrado, pero también pasó una fase en la que se convirtió en esbozo de videojuego, en 2014. Finalmente el artista madrileño Manuel Marsol transformó su, tal vez, proyecto más personal en un elegante artefacto gráfico construido con las piezas de un duelo. La perdida aviva los recuerdos mágicos de la infancia, a los que apela a través de un viaje fantástico y metafórico en el que el explorador traba amistad con una criatura no humana. La nave, como buena parte de los escenarios y personajes, está construida con un collage de materiales (oleo, acrílico); fotografiados y retocados mediante procedimientos digitales entre los que se distingue lo que podría ser la cubierta de "Una semana en el motor de un autobús", disco con himnos generacionales publicado por Los Planetas en 1998; y toca tierra en un universo de retales que el piloto recorre sorteando islas, grutas y otros accidentes naturales. También hay claras referencias a obras literarias como "El principito" o al universo creativo de Stanislaw Lem y películas como "Encuentros en la tercera fase", referencias de las que el autor bebe para configurar su particular planetario. La travesía está narrada con frases certeras y descripciones exactas, pero ofreciendo libertad al lector para que extraiga ideas de las construcciones gráficas, dispuestas a sangre en formato horizontal. A medida que avanza la aventura el hilo gana en intensidad emocional hasta culminar en un final abierto, con planos detalle, en la que el autor expresa todo lo que sigue echando de menos de un tiempo que nunca volverá. Tras los maravillosos Mvsevm, junto a Javier Sáez Castán, o su particular visión de las andanzas del capitán Ahab y la ballena blanca, tenemos la oportunidad de saborear este nuevo proyecto, una alegoría sobre la pérdida, de uno de los creadores más originales y eclécticos de la actualidad.
Astro nació como álbum ilustrado, pero también pasó una fase en la que se convirtió en esbozo de videojuego, en 2014. Finalmente el artista madrileño Manuel Marsol transformó su, tal vez, proyecto más personal en un elegante artefacto gráfico construido con las piezas de un duelo. La perdida aviva los recuerdos mágicos de la infancia, a los que apela a través de un viaje fantástico y metafórico en el que el explorador traba amistad con una criatura no humana.... Seguir leyendo
ASTRO
Ya no recuerdo cuando vino Astro a visitarnos.
Fue hace mucho tiempo.
Tal vez miles de años.
Llegó con una misión.
Y se entregaba a ella cada día.
No sabíamos en qué consistía su trabajo.