Alan Gratz irrumpió con fuerza en la literatura juvenil con una narración de corte social, convertida en bestseller, en el que ponía voz al sufrimiento de los que se ven obligados a abandonar su tierra, en cualquier tiempo, para garantizar la supervivencia (Refugiado, Loqueleo, 2018). En esta ocasión el autor hace gala de su dominio narrativo ofreciendo un relato poliédrico, estructurado con parámetros similares, construido a través de cuatro personajes, adolescentes que crecen en diferentes puntos geográficos y deben enfrentarse a un problema común que nos afecta a todos: el cambio climático y sus terribles consecuencias en el medio ambiente a todos los niveles. En la trama encontramos situaciones cotidianas y frustrantes para los jóvenes de hoy (personas de anteriores generaciones que no creen en la existencia de esta amenaza hasta que ocurre una desgracia); fenómenos que vemos año tras año en los noticieros (la devastación que provocan los huracanes en determinadas partes del continente americano); o hechos insólitos, como los que viven aquí los chicos que residen en Canadá, un intento por mostrar cómo los animales también ven afectado su ciclo vital como consecuencia de esa transformación de los patrones climáticos. Capítulos cortos, mensajes impactantes y acción trepidante con un único objetivo, entretener a la vez que concienciar sobre el peligro inminente que se cierne sobre el planeta.
Todas las obras de Alan Gratz en CL
Alan Gratz irrumpió con fuerza en la literatura juvenil con una narración de corte social, convertida en bestseller, en el que ponía voz al sufrimiento de los que se ven obligados a abandonar su tierra, en cualquier tiempo, para garantizar la supervivencia (Refugiado, Loqueleo, 2018). En esta ocasión el autor hace gala de su dominio narrativo ofreciendo un relato poliédrico, estructurado con parámetros similares, construido a través de... Seguir leyendo
Dos grados
Alerta roja
Mira, papá. ¡Un incendio! —exclamó Akira Kristiansen.
Señaló hacia abajo por el sendero de la montaña, donde una fina voluta de humo gris se elevaba de entre los árboles en el valle.
El padre de Akira avanzaba justo por delante de ella a lomos de un caballo frisón negro llamado Elwood. Ella montaba a Dodger, su caballo castrado de raza quarter y color castaño. Dodger había sido el primero en percibir el fuego allá abajo, se había detenido y había vuelto las orejas hacia el humo para hacer saber a la chica que había un problema.