Entre las sombras del gran bosque el lobo sigue infundiendo temor a todos los que se cruzan con su amenazante mirada. Sin embargo, esa apariencia siniestra oculta un secreto, la fascinación que siente por una joven cuya ternura conmueve profundamente al protagonista. Sabe, por sus observaciones secretas entre la maleza, que cuida a su padre enfermo y arrulla sus noches con canciones que entona con una voz única e inimitable. Cautivado por su presencia e impresionado por la soledad en la que derivan los días de la chica, un encuentro fortuito con un conejo, al que intenta devorar para satisfacer sus ansias de depredador, deriva en una transformación inimaginable. La alquimia implica importantes y peligrosas renuncias y una profunda reflexión sobre el devenir futuro: "cada elección conlleva sus consecuencias". Una maravillosa historia de amor a la que la genial ilustradora Júlia Sardà dota de un universo evocador y mágico gracias a sus composiciones en tonos otoñales, jugando magistralmente con la disposición de los diseños y planos y haciendo gala de todas las características gráficas, con analogías estilísticas -en algunos aspectos- que la "emparentan" con autores clásicos como Miguel Calatayud u otras contemporáneas como Carson Ellis; que han convertido a la creadora barcelonesa en una de las más importantes artistas en la actualidad y en todo un referente para otros ilustradores.
Entre las sombras del gran bosque el lobo sigue infundiendo temor a todos los que se cruzan con su amenazante mirada. Sin embargo, esa apariencia siniestra oculta un secreto, la fascinación que siente por una joven cuya ternura conmueve profundamente al protagonista. Sabe, por sus observaciones secretas entre la maleza, que cuida a su padre enfermo y arrulla sus noches con canciones que entona con una voz única e inimitable. Cautivado por su presencia e impresionado por la soledad en la que derivan los días de la chica, un encuentro... Seguir leyendo
El secreto del lobo
Lejos, muy lejos en el Norte, se extendía un bosque, olvidado y oscuro.
Viejos pinos enmarañados protegían sus misterios. Sobre sus copas se alzaba una montaña y de sus ramas entrelazadas subía un murmullo interminable.
En este bosque vivía un lobo.