La casa de los abuelos, "Yaya" y "Papou", es un oasis de paz a las afueras de la gran ciudad. La narradora comparte el recuerdo infantil de sendos paseos desde el extrarradio junto a sus ancianos, agarrada a la mano -atalaya privilegiada de vida y experiencias-; el primero, especialmente, transmite a la pequeña sus percepciones y las realidades de una serie de ciudadanos conocidos, cuya "cara oculta" describe en sus encuentros fortuitos. El exmédico habla de Hakim, Maryline, Lionel, Rebecca, Antoine... Jóvenes y mayores de toda clase y condición. Al mismo tiempo que conocemos sus diferentes estados anímicos y existenciales admiramos la arquitectura y detalles de la urbe. En las escenas adivinamos el carácter de cada protagonista, las injusticias a las que a veces deben hacer frente, los prejuicios que se esgrimen desde el desconocimiento. Pero la conclusión es reparadora: en general, como reza el título, estamos rodeados de personas hermosas que anteponen el bien. Las acuarelas de la artista china, afincada en Canadá, retratan los diferentes estadios de la caminata y los escenarios recorridos con alternancia de primeros y medios planos. Las reflexiones del médico y escritor quedan resumidas en el epílogo, en el que aboga por mantener vivos nuestros sueños infantiles para ser felices en todo momento y procurar esa dicha a los demás.
La casa de los abuelos, "Yaya" y "Papou", es un oasis de paz a las afueras de la gran ciudad. La narradora comparte el recuerdo infantil de sendos paseos desde el extrarradio junto a sus ancianos, agarrada a la mano -atalaya privilegiada de vida y experiencias-; el primero, especialmente, transmite a la pequeña sus percepciones y las realidades de una serie de ciudadanos conocidos, cuya "cara oculta" describe en sus encuentros fortuitos. El exmédico habla de Hakim, Maryline, Lionel, Rebecca, Antoine...... Seguir leyendo
Las personas son hermosas
Suelo pasar las vacaciones con mis abuelos. Cuando era pequeña, los llamaba Yaya y Papou, y los llamo así desde entonces. Viven cerca de la estación del tren, en una casa con manzanos y una hamaca.
Yaya es dulce y cocina de maravilla. No habla mucho, nunca sabes lo que está pensando.