Gina (Elza en su versión original), es una joven con gran personalidad, posee virtudes que favorecen la seguridad en ese momento de zozobra que es la pubertad, pero también sufre las dudas propias de la edad. Así lo demuestra en sus relaciones con otros niños o con su propia familia, frente a los que muestra una crítica visión del mundo y de las actitudes que ve alrededor. Idealista y muy exigente, esa dicotomía entre los ideales a los que abraza con los lógicos titubeos del ciclo vital sirve como caldo de cultivo para representar escenas cotidianas. En 2007, cuando Catherine Meurisse aún formaba parte de la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo; la autora despuntaba con sus diseños, en solo tres colores y desprovistos de ornamentaciones innecesarias, un formato muy distinto (las historietas gráficas con encuadernación horizontal); al que ha trabajado en sus últimos proyectos (grandes y ambiciosos álbumes en solitario mediante los que reflexiona sobre el acto de crear o donde cuenta la historia de las letras francesas o de las relaciones entre los grandes escritores de los siglos pasados, por poner algunos ejemplos). En esta serie, de la que ahora Corimbo traduce al español su primer volumen, la genial diseñadora francesa aporta su inconfundible creatividad para potenciar los guiones ácidos e irreverentes de Didier Levy, que habla no solo de dudas y anécdotas, también de empoderamiento, feminismo y la necesidad de tener la palabra siempre a punto y afilada para contrarrestar los obstáculos que una joven puede aún encontrar. La colección ha obtenido numerosos reconocimientos en el país vecino, como el Premio Landerneau Album Jeunesse (que se otorga a los mejores proyectos en francés orientados al público de entre tres y ocho años); o el Prix des Incorruptibles, otorgado por la asociación homónima (centrada en la promoción de la lectura entre niños y jóvenes desde hace más de treinta años).
Gina (Elza en su versión original), es una joven con gran personalidad, posee virtudes que favorecen la seguridad en ese momento de zozobra que es la pubertad, pero también sufre las dudas propias de la edad. Así lo demuestra en sus relaciones con otros niños o con su propia familia, frente a los que muestra una crítica visión del mundo y de las actitudes que ve alrededor. Idealista y muy exigente, esa dicotomía entre los ideales a los que abraza con los lógicos titubeos del ciclo vital sirve como caldo... Seguir leyendo
Gina
Hay mujeres.
Hay niñas.
Y está...
¡Gina!
- Al final, sí que quiero puré.
- Si fuera un chico, sería un tipo divertido, ingenioso...