Sami se mueve como pez en el agua
Desde muy pequeño, inspirado por el pasado exitoso de la abuela, Sami ha mostrado unas aptitudes especiales para la natación, pero no para "aburrirse" recorriendo la misma calle una y otra vez, sino para crear y poner en marcha coreografías originales en la piscina. Sin embargo, cuando intenta apuntarse a la escuela de sincronizada sufre un inesperado rechazo. Se trata de una disciplina reservada, exclusivamente, para las chicas. Su afán de superación y el apoyo de sus padres y familiares, y especialmente de la anciana, que confía en el talento y en la perserverancia del pequeño, le ayudarán a superar prejuicios y tratar de alcanzar la normalidad e igualdad de acceso para ambos sexos. Variedad de planos y cambios de enfoque, que incluyen una gran ilustración en formato vertical para alterar el sentido de la lectura, potencian el reconocible estilo de la artista gallega, siempre original en sus coloridas composiciones, y representan la progresión en los deseos e ilusiones del niño, cuyo ejemplo puede inspirar a muchos lectores. Existen casos reales que corroboran esta aventura. El español Pau Ribes consiguió su meta a los 19 (comenzó a los 7 años). El deporte no tiene sexo y el mejor ejemplo es que en París 2024 se permitirá la participación masculina en las pruebas de sincronizada (hasta hace unos años, solo EEUU y Canadá contaban con equipos masculinos y con limitación para competir exclusivamente en torneos locales)
Desde muy pequeño, inspirado por el pasado exitoso de la abuela, Sami ha mostrado unas aptitudes especiales para la natación, pero no para "aburrirse" recorriendo la misma calle una y otra vez, sino para crear y poner en marcha coreografías originales en la piscina. Sin embargo, cuando intenta apuntarse a la escuela de sincronizada sufre un inesperado rechazo. Se trata de una disciplina reservada, exclusivamente, para las chicas. Su afán de superación y el apoyo de sus padres y familiares, y especialmente de la... Seguir leyendo
Sami se mueve como pez en el agua
Desde pequeño, Sami soñaba con llegar a ser como su abuela. Cuando le preguntaban qué quería ser de mayor, Sami contestaba: "Nadador profesional". En la piscina se movía como pez en el agua. En casa, cuando todos descansaban, Sami siempre aprovechaba para preparar coreografías en el patio y lanzarse al agua como un delfín.
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