Una sencilla historia para que los más pequeños de la casa interioricen el valor de la empatía y la necesidad de establecer buenas relaciones y pautas de comportamiento solidario para vivir en armonía. Protagonizada por animales humanizados, un perro, los pollitos y mamá gallina (con un grupo de pulgas invitadas en segundo plano); la explosión de una tormenta provoca que la familia de aves intente guarecerse en la caseta del can, hecho que, unido a la libertad con la que campan por la piel del personaje un equipo de molestos parásitos genera el enfado colosal del cachorro. A pesar de ese abrupto comienzo en sus relaciones, el impacto de un rayo trae como consecuencia un desgraciado accidente que pondrá a prueba la solidaridad de los protagonistas y transformará el punto de vista del malhumorado chucho. Al mismo tiempo se introducen pequeños pasajes en donde se invita a los prelectores a interiorizar prácticas como el conteo mientras se muestra la importancia de compartir con los amigos para ser más felices. El apartado gráfico, firmado por ISRA, seudónimo del artista zaragozano Israel Gómez, ha sido realizado íntegramente mediante procedimientos digitales. Con esta propuesta damos la bienvenida a nuestro catálogo a un nuevo sello de literatura infantil, Los libros del gato negro.
Una sencilla historia para que los más pequeños de la casa interioricen el valor de la empatía y la necesidad de establecer buenas relaciones y pautas de comportamiento solidario para vivir en armonía. Protagonizada por animales humanizados, un perro, los pollitos y mamá gallina (con un grupo de pulgas invitadas en segundo plano); la explosión de una tormenta provoca que la familia de aves intente guarecerse en la caseta del can, hecho que, unido a la libertad con la que campan por la piel del personaje un equipo de... Seguir leyendo
MALAS PULGAS
- ¡SNIF! ¡SNIF! -Una mañana cualquiera, un perro olía aquí y allá en el jardín.
- ¡GUAU! ¡GUAU! -ladraba y corría por todos los lados, era pura energía a cuatro patas.
¡SNIF! ¡SNIF!
Cuando estaba cansado, echaba una siesta y era lo mejor que sabía hacer.