A medio camino entre la novela y la obra de teatro (la trama arranca inspirándose en la secuenciación habitual de una de sus formas más antiguas, la tragedia); el alumnado de 3ºC de un instituto, el equipo docente y un puñado de conocidos dioses pertenecientes al imaginario griego configuran la nómina de personajes que transitan por esta acertada propuesta. Tommaso, Giovanni y otros chicos mantienen una actitud un tanto machista y prepotente, las chicas, sobre todo Sara, están cansadas de sus bromas, y algunas profesoras, como la recién incorporada señorita Frigerio, advierten que es necesario intervenir, sobre todo tras escuchar las respuestas de esos jóvenes al sondear la posibilidad de celebrar una función con motivo de la Navidad. Tras numerosas sugerencias, buena parte de los asistentes acuerdan que hay que hacer algo "rompedor". ¿Por qué no llevar a las tablas una interpretación que, al mismo tiempo, ayude a modificar actitudes antes de que sea demasiado tarde? Lorenza Bernardi da un paso más allá en la trama, introduciendo un elemento fantástico que contribuye a incrementar los niveles de empatía, tan necesaria a cualquier edad. Las reflexiones que se realizan en clase pueden servir como detonante para generar un debate, al esbozar estereotipos de género y actitudes aceptadas a lo largo del tiempo que pueden desmontarse con un análisis pausado.
A medio camino entre la novela y la obra de teatro (la trama arranca inspirándose en la secuenciación habitual de una de sus formas más antiguas, la tragedia); el alumnado de 3ºC de un instituto, el equipo docente y un puñado de conocidos dioses pertenecientes al imaginario griego configuran la nómina de personajes que transitan por esta acertada propuesta. Tommaso, Giovanni y otros chicos mantienen una actitud un tanto machista y prepotente, las chicas, sobre todo Sara, están cansadas de sus bromas, y algunas... Seguir leyendo
Chic*s
La tragedia es una de las formas más antiguas del teatro. Se representaba un suceso de características casi místicas, entre otras cosas, porque los dioses estaban directamente implicados.
Tenía como objetivo poner en escena temas importantes que requerían que el público los pensara muy a fondo. De hecho, asistir a un espectáculo trágico provocaba una especie de catarsis. Una purificación.