Un padre y sus hijos salen a cazar un oso. Para conseguirlo tendrán que superar muchos obstáculos. Una aventura narrada bajo un esquema repetitivo, con un juego sonoro de onomatopeyas y preguntas desafiantes que contribuyen a involucrar al lector en la peripecia de la familia. Las imágenes, más allá de su función ilustrativa, añaden contenido a la historia. La alternancia del blanco y negro -que enmarca al estribillo repetitivo- con el color -que ilustra las situaciones diferentes- aporta originalidad y dinamismo.
Un padre y sus hijos salen a cazar un oso. Para conseguirlo tendrán que superar muchos obstáculos. Una aventura narrada bajo un esquema repetitivo, con un juego sonoro de onomatopeyas y preguntas desafiantes que contribuyen a involucrar al lector en la peripecia de la familia. Las imágenes, más allá de su función ilustrativa, añaden contenido a la historia. La alternancia del blanco y negro -que enmarca al estribillo repetitivo- con el color -que ilustra las situaciones diferentes- aporta originalidad y dinamismo.
Vamos a cazar un oso
Vamos a cazar un oso,
un oso grande y peligroso.
¿Quién le teme al oso?
¡Nadie!
Aquí no hay ningún miedoso.
¡Un campo!
Un campo de largos pastos verdes.
Por encima no podemos pasar;
por abajo no
podemos pasar.
Ni modo...
Lo tendremos que atravesar.