Imaginación, humor, historia... Una recreación pictórica que sirve como homenaje a Melville y a su inmortal libro Moby Dick. Imprescindible degustar a fuego lento todas las imágenes desde su arranque, cuando el autor nos sitúa en el lugar de donde parte todo, la isla de Nantucket. La travesía nos arrastra hasta la habitación del capitán Ahab, donde descubrimos gran variedad de objetos relacionados con los barcos, el mar y la ballena. A continuación, nos detenemos en dos noticias de un periodico, redactadas con cierta ironía; la primera hace referencia al avistamiento de una ballena, la segunda a la exposición del pintor Caníbal. Es la mise en place antes de sumergirnos de lleno en la obra y disfrutar tanto del texto como de la imagen a bordo del Pequod, para navegar por el ancho mar (unas veces abierto, otras oscuro o lleno de colores...); y observar la rica fauna que allí convive (animales amables y otros ¿temibles?); en compañía de un capitán, a medida que avanza la narración cada vez más obsesivo, que no logra ver la realidad. Ganador del III Premio Internacional de Álbum Ilustrado Edelvives, la editorial Fulgencio Pimentel reedita este inolvidable proyecto con motivo de la exposición homónima, en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid (vigente hasta enero de 2025), que muestra las ilustraciones originales, los artes finales y el proceso creativo que el artista llevó a cabo para realizar el álbum, una de sus obras más perfectas.
Otras obras de Manuel Marsol en CL
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Ahab y la ballena blanca
Soy el más experto cazador de ballenas
de todos los mares, capitán del barco Pequod
y habitante de la isla de Nantucket
Podéis llamarme Ahab.