El primer capítulo de la tetralogía "Memorias del bosque" presenta a los personajes y escenarios que conforman la serie. Con una elegante narrativa nos adentramos en la floresta, claramente delimitada en el mapa que sirve como prólogo a la historia; para encontrar la librería de Bellacorteza, regentada por Archibald Zorro, un vendedor concienzudo que sigue la tradición familiar y conserva la filosofía original del establecimiento. Por ejemplo, cualquier animal que lo desee puede confiar su manuscrito para la venta. Ferdinand Topo así lo hizo, tiempo atrás, con un ejemplar de "Memorias de ultratierra" en el que compilaba buena parte de sus recuerdos. Ahora que parece más despistado que nunca y la memoria le juega algunas malas pasadas, quisiera volver a él, pero un misterioso cliente compró el ejemplar... ¡Es preciso recuperarlo! La historia, protagonizada por animales humanizados, bebe de las propias experiencias del autor en su trabajo durante varios años en un hospital con personas aquejadas de trastornos neurodegenerativos (descubrimos que Ferdinand sufre la enfermedad de todololvido); y a partir de su labor como librero en París. Las ilustraciones, elaboradas con plumilla, acuarelas y procedimientos digitales, recrean a la perfección el ambiente cándido y sincero que transmiten las relaciones de los personajes principales y el espacio natural en el que se encuadran.
El primer capítulo de la tetralogía "Memorias del bosque" presenta a los personajes y escenarios que conforman la serie. Con una elegante narrativa nos adentramos en la floresta, claramente delimitada en el mapa que sirve como prólogo a la historia; para encontrar la librería de Bellacorteza, regentada por Archibald Zorro, un vendedor concienzudo que sigue la tradición familiar y conserva la filosofía original del establecimiento. Por ejemplo, cualquier animal que lo desee puede confiar su... Seguir leyendo
Memorias del bosque
En el corazón del bosque del pueblo de Bellacorteza y en las colinas que lo rodean viven animales dotados de razón, habla y humor, que visten ropa cosida con sus propias patas y preparan pasteles que están para relamerse el hocico. Todos los días, desde la noche de los tiempos, zorros, pájaros, ratones, topos y comadrejas salen a trabajar o a divertirse, forman familias de sangre o de corazón, y forjan juntos la tierna historia de su vida.