Tal y como indica el propio autor, el reconocido escritor e ilustrador Jon Klassen, un habitual en nuestras recomendaciones (estamos ante uno de los grandes creadores de literatura infantil y juvenil de las últimas décadas); el relato que sirve como base a este entrañable cuento llegó a él gracias a la labor de los bibliotecarios de un pequeño espacio cultural de Alaska, tras un primer encuentro fugaz con la leyenda (ya que no recordaba siquiera el argumento) Pasado por el imaginativo filtro del artista canadiense, el texto de origen austriaco se transformó en el libro que hoy tenemos entre nuestras manos, una sugerente aventura protagonizada por Otilia, una niña que en plena huída por el bosque nevado comienza a escuchar una inquietante voz que cita su nombre. Sobreponiendose al terror que infunde la situación, logra llegar a una casa abandonada donde conoce al inesperado emisor: una calavera. A pesar de su tenebrosa apariencia, resulta ser una anfitriona sensible y cariñosa, aunque el lúgubre caserón esconde un secreto que solo la pequeña podrá resolver (de forma tan eficiente como insólita); para garantizar el bienestar del cráneo, coprotagonista indiscutible que destila timidez y bonhomía. Humor negro y un espíritu narrativo que entronca con el imaginario macabro de grandes escritores como Edward Gorey y otros creadores del surrealismo pop.
Tal y como indica el propio autor, el reconocido escritor e ilustrador Jon Klassen, un habitual en nuestras recomendaciones (estamos ante uno de los grandes creadores de literatura infantil y juvenil de las últimas décadas); el relato que sirve como base a este entrañable cuento llegó a él gracias a la labor de los bibliotecarios de un pequeño espacio cultural de Alaska, tras un... Seguir leyendo
LA CALAVERA
Otilia corría y corría.
Corrió entre los árboles y subió colinas. Corrió sin parar. Durante toda la noche.
Otilia había crecido en ese bosque,
pero, al cabo de un rato, los árboles
parecían distintos. Cada vez estaban
más juntos.
Otilia siguió corriendo.