Toda travesía se inicia con un adiós y un hatillo de sueños, por el camino irán surgiendo las canciones, si todo marcha según lo previsto, tal vez el olvido, la desesperanza, los desvelos, las mentiras... Sobre todo cuando se parte de una situación oscura o incierta. Pero también brotarán la confianza, la esperanza, el disfrute de la música callada de la naturaleza. Cuando esta genere inclemencias, siempre habrá un refugio que ofrece respuestas, cuando la rosa de los vientos tergiverse las direcciones, veremos veletas que recuerdan el camino. El rumbo genera un aprendizaje en el que es crucial el contacto orgánico con el medio ambiente mediante el que conformamos un particular mapa, una "pizarra del alma", retratada con sensibilidad extrema con un hilo de versos que desembocan en un mágico desplegable a través del cual la artista Ana Pikaza ofrece la onírica reinterpretación gráfica de emociones, sembradas con elegancia por la académica de la lengua vasca Miren Agur Meabe, autora de "¿Qué es el amor, sino...?" (Lóguez), "Una estrella en la sopa" (Edebé), "Un año en el faro" (Lóguez), "La casa del acantilado" (Edebé) o "Vivo en dos casas, ¿y qué?" (Editores Asociados).

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Toda travesía se inicia con un adiós y un hatillo de sueños, por el camino irán surgiendo las canciones, si todo marcha según lo previsto, tal vez el olvido, la desesperanza, los desvelos, las mentiras... Sobre todo cuando se parte de una situación oscura o incierta. Pero también brotarán la confianza, la esperanza, el disfrute de la música callada de la naturaleza. Cuando esta genere inclemencias, siempre habrá un refugio que ofrece respuestas, cuando la rosa de los vientos tergiverse las... Seguir leyendo