La imaginación de Pepe se pone en marcha al descubrir ese juego que se practica en la infancia con la misma naturalidad con que se respira: eso quiero ser, eso soy. Y consigue implicar a sus padres en el juego, para disfrute de todos. Con un argumento sencillo y un trasfondo humorístico se recuerda a los niños que tienen en su poder el juguete más valioso, la imaginación. Y a los adultos, que no están excluidos del juego, siempre que no hayan perdido las ganas de jugar. Una excelente ocasión para compartir lectura y juego.La imaginación de Pepe se pone en marcha al descubrir ese juego que se practica en la infancia con la misma naturalidad con que se respira: eso quiero ser, eso soy. Y consigue implicar a sus padres en el juego, para disfrute de todos. Con un argumento sencillo y un trasfondo humorístico se recuerda a los niños que tienen en su poder el juguete más valioso, la imaginación. Y a los adultos, que no están excluidos del juego, siempre que no hayan perdido las ganas de jugar. Una excelente ocasión para compartir lectura y juego.
El juego del cambia-cambia
No sé si Pepe sospechaba algo. Sólo sé que lo descubrió en el colegio, en una clase un poco fea. Descubrió el juego del cambia-cambia. Comenzó cambiando unas cosas en otras. Miró el jersey de lana de Laura y lo cambió en un corderito blanco. La profesora explicaba que el vidrio se hacía calentando arena. Pepe miró a través de los cristales... y cambió la ventana en una playa.