Pequeños poemas para primeros lectores que desmitifican personajes monstruosos, habituales en la literatura de terror, y sitúan sus acciones en el entorno cotidiano, haciendo patentes sus propias fobias, o humanizando sus "no tan terribles" fechorías. La criatura creada por Victor Frankenstein en la novela de Mary Shelley no es muy fotogénica, como demuestran sus selfies; los marcianos tienen su corazoncito, algunas brujas son aspirantes a concursos culinarios en prime time, las niñas lobo saben bailar ballet; hay fantasmas con gustos heterogéneos, plantas carnívoras que devoran libros, criaturas espantosas que velan por la limpieza de las playas, e incluso invasiones nocturnas de extraños habitantes que buscan algo más que asustar a los niños... Las ilustraciones, en tono caricaturesco, se presentan a página completa aderezando una colección de desiguales poesías orientadas a dibujar una sonrisa en la cara de los pequeños lectores y, al mismo tiempo, ayudarles a disipar sus temores. Ambos autores colaboraron con anterioridad en "Experto excalador de excaleras" (Kalandraka, 2024)
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Pequeños poemas para primeros lectores que desmitifican personajes monstruosos, habituales en la literatura de terror, y sitúan sus acciones en el entorno cotidiano, haciendo patentes sus propias fobias, o humanizando sus "no tan terribles" fechorías. La criatura creada por Victor Frankenstein en la novela de Mary Shelley no es muy fotogénica, como demuestran sus selfies; los marcianos tienen su corazoncito, algunas brujas son aspirantes a concursos culinarios en prime time, las niñas lobo saben... Seguir leyendo
Mi padre es un hombre lobo

Vampiros
En la aldea que hay cerca del castillo del vampiro
todos los niños menos uno le tienen miedo al vampiro.
Un día el niño al que no le asusta el vampiro
decide ir a conocer al vampiro,
se disfraza de vampiro,
va al castillo del vampiro.
El vampiro,
cuando ve al niño disfrazado de vampiro,
se asusta mucho porque el vampiro
no es un verdadero vampiro