El hijo de Espartaco
Desde el anochecer, los invitados del senador Gaius Curión se regalan con los más exquisitos y sofisticados manjares. Corren ríos de vinos de España, Sicilia y la Cisalpina, y los densos perfumes de Egipto y las embriagadoras fragancias orientales aromatizan el aire. La belleza se une al refinamiento para seducir a los invitados del nuevo pretor Urbano... y para que tal despliegue de lujo y esplendor refleje el poder del magistrado romano.