Con prosa fluida se relata esta historia donde queda de manifiesto que, por encima de las enemistades que generan las guerras, las personas pueden ser capaces de los gestos más nobles. Jo vive en un pueblo del sur de Francia, ocupado por soldados alemanes durante la segunda guerra mundial. Su conocimiento de un refugiado dedicado a salvar niños judíos y su decisión de prestar su ayuda pondrán en riesgo su vida y la de los habitantes del pueblo. Pero los soldados alemanes también son personas y los hay con sentimientos generosos. Un bello alegato contra el sinsentido de la guerra y a favor de valores como el apoyo mutuo y la amistad.
Con prosa fluida se relata esta historia donde queda de manifiesto que, por encima de las enemistades que generan las guerras, las personas pueden ser capaces de los gestos más nobles. Jo vive en un pueblo del sur de Francia, ocupado por soldados alemanes durante la segunda guerra mundial. Su conocimiento de un refugiado dedicado a salvar niños judíos y su decisión de prestar su ayuda pondrán en riesgo su vida y la de los habitantes del pueblo. Pero los soldados alemanes también son personas y los hay con sentimientos generosos. Un bello alegato... Seguir leyendo
Esperando a Anya
JO DEBERÍA HABERLO PREVISTO. Después de todo papá insistía a menudo en ello:
-Saca punta a un palo, Jo, recoge moras, come algo, busca al águila si te apetece; pero haz algo -le decía-. Si te quedas sentado en la ladera, con el sol de al mañana y el tintineo de los esquilones de las ovejas a tu alrededor, acabarás por quedarte dormido. Debes procurar mantener los ojos abiertos.