Peter Pan y Wendy
Todos los niños, menos uno, se hacen mayores. Tardan poco en saberlo y Wendy no iba a ser menos. Tenía dos años y estaba jugando en un jardín cuando cogió una flor y corrió hacia su madre para dársela. Supongo que debía tener un aspecto encantador, puesto que la señora Darling se llevó una mano al corazón y exclamó: “¡Ay, ojalá te quedaras así para siempre!”. No volvieron a hablar de ello, pero a partir de entonces Wendy supo que iba a hacerse mayor. Todos nos enteramos de estas cosas poco después de cumplir los dos años. Los dos años son el principio del fin.