Noche de voraces sombras
Mientras escribo en la soledad de mi cuarto, cae la tarde sobre los tejados de la ciudad. Me gusta contemplarla en estas horas, cuando la oscuridad comienza a inundarlo todo, ocultando las formas y los colores, hasta que solo son visibles los contornos de las cosas. Entre tantas sombras, únicamente destacan las calles, semejantes a ríos de luz tenue, y los rectángulos iluminados de las ventanas...