Al parecer, no todos los escritores saben a ciencia cierta lo que son las hadas, los elfos, los duendes, los gnomos o los magos. El autor de este libro sostiene que él si lo sabe, y a juzgar por la correcta literatura del contenido, sumada a la interesante imaginación que pone en juego, podríamos darle crédito a su afirmación. En todo caso, es una obra que puede confrontarse con algunos textos clásicos, como por ejemplo la Alicia, de Lewis Carroll, para poner de relieve la existencia de los muy diversos caminos que sigue la imaginación.Al parecer, no todos los escritores saben a ciencia cierta lo que son las hadas, los elfos, los duendes, los gnomos o los magos. El autor de este libro sostiene que él si lo sabe, y a juzgar por la correcta literatura del contenido, sumada a la interesante imaginación que pone en juego, podríamos darle crédito a su afirmación. En todo caso, es una obra que puede confrontarse con algunos textos clásicos, como por ejemplo la Alicia, de Lewis Carroll, para poner de relieve la existencia de los muy diversos caminos que sigue la imaginación.
El tributo de los elfos
Para los que vivieron en la época de los episodios que voy a relatar sigue resultando difícil señalar cuándo empezó todo. Algunos insisten en que la historia debe comenzar a contarse justo el día en que Ataulf se estableció en la cercanía de nuestra aldea.