Secuestro

La nieve se retiraba a regañadientes de las laderas de las montañas.
Nubes cargadas de lluvia cruzaban rápidas el cielo. Sus sombras trazaban, como unos dedos largos y oscuros, líneas siniestras sobre los colores ardientes de las laderas. Las nubes siguieron presurosas su ruta, y los montes de hielo del mar volvieron a estar bañados por la luz cegadora de sol primaveral.