Estela, reina de la nieve
Samuel no conocía la nieve.
Ésta era la primera vez.
-¡Qué hermosa! -dijo Estela-. ¿No te parece?
-Es muy blanca -dijo Samuel-. Y me marea un poco.
-Ven -dijo Estela-. Vamos a jugar afuera.
-¿Es muy fría la nieve? -preguntó Samuel-. ¿Es dura y helada?
-Es fría como un helado de vainilla -contestó Estela-, y suave como la piel de un conejito.
-¿Se pueden comer los copos de nieve? -preguntó Samuel.
-Claro que sí -contestó Estela-. Los osos polares comen copos de nieve al desayuno.