Tom, el de la sexta luna
El joven miraba con cansancio la película que había escogido. El anuncio le había gustado: bajo un sol ardiente, un horizonte de montañas y de bosques sombríos servía de enmarque a un indio un poco ridículo. Un rictus de odio deformaba sus labios, y bajo su frente resuelta, los ojos brillaban con un brillo cruel. Una mujer rubia de grandes pechos estaba tendida a sus pies, mientras que un cowboy de pacotilla parecía amenazar a los que pasaban con una carabina, sin duda sacada de David Crockett.