Los domingos de Julia es una historia impregnada de reflexiones sobre la vida cuya espina dorsal está formada por la relación entre un abuelo, Luciano, y su nieta, Julia. Ellos dos mantienen un estrecho lazo de unión y se profesan un enorme cariño. El marco en el que se desarrolla la historia y que a su vez es el punto de encuentro de los protagonistas es la residencia de ancianos en la que vive Luciano, que paradójicamente se conoce como el «Hogar de los rápidos». Sylvain Trudel consiguió con esta historia tan tierna el premio Saint-Exupéry en 1998.Los domingos de Julia es una historia impregnada de reflexiones sobre la vida cuya espina dorsal está formada por la relación entre un abuelo, Luciano, y su nieta, Julia. Ellos dos mantienen un estrecho lazo de unión y se profesan un enorme cariño. El marco en el que se desarrolla la historia y que a su vez es el punto de encuentro de los protagonistas es la residencia de ancianos en la que vive Luciano, que paradójicamente se conoce como el «Hogar de los rápidos». Sylvain Trudel consiguió con esta historia tan tierna el premio Saint-Exupéry en 1998.
Los domingos de Julia
Todas las noches, antes de dormir, me asomo a la ventana y contemplo el río, que, durante la noche, serpentea misteriosamente. Más veloz que un rayo, se desliza entre los juncos, entre las islas. Se escabulle igual que un vagabundo.