En este breve relato, la autora aborda un problema de la vida real en el que muchos niños pueden verse reflejados. El protagonista, un muchacho de 13 años con dotes para la inventiva y gran habilidad manual, narra la historia de su fracaso escolar. Una relación llena de humanidad con su abuelo será decisiva para encontrar vías de solución a su futuro. La narración ofrece un equilibrado análisis de sentimientos y está contada sin dramatismo, en un estilo ágil y directo que hace muy agradable la lectura.
En este breve relato, la autora aborda un problema de la vida real en el que muchos niños pueden verse reflejados. El protagonista, un muchacho de 13 años con dotes para la inventiva y gran habilidad manual, narra la historia de su fracaso escolar. Una relación llena de humanidad con su abuelo será decisiva para encontrar vías de solución a su futuro. La narración ofrece un equilibrado análisis de sentimientos y está contada sin dramatismo, en un estilo ágil y directo que hace muy agradable la lectura.
35 kilos de esperanza
Odio el colegio.
Lo odio más que nada en el mundo.
Más todavía...
Me amarga la vida.
Hasta la edad de tres años, se puede decir que fui feliz. Ya no me acuerdo muy bien; pero, en mi opinión, la vida me trataba bien. Jugaba, veía el vídeo de El osito marrón diez veces seguidas, dibujaba, y me inventaba miles de aventuras para Grodudú, un perro de peluche que me encantaba.