Encuentro en el abismo
Oí hablar por primera vez del Bastón de Mando a los ocho años de edad. Mi padre, que era aficionado al esoterismo, poseía una colección de objetos y libros relacionados con el tema y, por lo que llegué a saber, colocaba ese Bastón a la misma altura de importancia que otros de naturaleza mística, como el santo Grial o el Arca de la Alianza, aunque no fuera como ellos de raigambre cristiana.