Despereaux
Esta historia comienza entre los muros de un castillo, con el nacimiento de un ratón. El último ratón que les nacía a sus padres y el único de su camada que había nacido vivo.
–¿Dónde están mis bebés? –dijo la agotada madre cuando el mal rato hubo terminado–: enséñame a mis bebés.
El padre ratón levantó bien alto al ratoncito.
–Sólo hay uno –dijo–. Los otros han muerto.
–Mon dieu, ¿tan sólo un ratoncito?
–Sólo uno. ¿Cómo lo llamarás?
–Tanto trabajo para nada –dijo la madre y, suspirando, añadió–:¡Es tan triste!