Ferdinando es un pequeño toro, nada fiero ni peleón. Le gusta sentarse bajo un árbol y oler las flores. Por una fatal casualidad va a ser lidiado en Madrid, un honor para los demás, pero no para él. Su falta de bravura le devuelve a disfrutar del pasto bajo las encinas. Un alegato en defensa de la libertad y los derechos individuales. El texto, manuscrito por el ilustrador, aumenta de tamaño en las frases de especial importancia. Los dibujos, en lápiz pastel, parecen apuntes rápidos y dan ingenuidad a este relato pacifista.
Ferdinando es un pequeño toro, nada fiero ni peleón. Le gusta sentarse bajo un árbol y oler las flores. Por una fatal casualidad va a ser lidiado en Madrid, un honor para los demás, pero no para él. Su falta de bravura le devuelve a disfrutar del pasto bajo las encinas. Un alegato en defensa de la libertad y los derechos individuales. El texto, manuscrito por el ilustrador, aumenta de tamaño en las frases de especial importancia. Los dibujos, en lápiz pastel, parecen apuntes rápidos y dan ingenuidad a este relato pacifista.
Ferdinando el toro
Vivía una vez en España un toro joven llamado Ferdinando. Todos los demás toros jóvenes, con los que crecía, se pasaban el día corriendo y saltando, dándose topetazos unos a otros. Ferdinando, no. Él prefería estar tranquilamente sentado y oler las flores.