El protagonista de este relato no se siente a gusto con las personas que le rodean, por ello decide refugiarse en un mundo poblado de fantásticos seres de piedra. Como vive cerca de la catedral se dedica a jugar y hablar con las estatuas que la adornan, hasta que se da cuenta de que necesita volver a relacionarse con sus compañeros. La narración de las aventuras vividas con tan singulares personajes le ayudará a retornar a la realidad. Sus cuentos son un canto a la libertad, a la cooperación ciudadana y a la creatividad, al tiempo que un alegato contra la guerra y la intolerancia. Relato simbólico, de lenguaje muy elaborado, donde lirismo e ironía se entrecruzan.
El protagonista de este relato no se siente a gusto con las personas que le rodean, por ello decide refugiarse en un mundo poblado de fantásticos seres de piedra. Como vive cerca de la catedral se dedica a jugar y hablar con las estatuas que la adornan, hasta que se da cuenta de que necesita volver a relacionarse con sus compañeros. La narración de las aventuras vividas con tan singulares personajes le ayudará a retornar a la realidad. Sus cuentos son un canto a la libertad, a la cooperación ciudadana y a la creatividad, al tiempo que un alegato contra... Seguir leyendo
El bosque de piedra
Había una vez un niño que se llamaba Dito. Dito tenía 10 años y vivía en una buhardilla de una pequeña casa, situada al abrigo de la inmensa mole de la catedral. El niño pasaba mucho tiempo en el tejado. Salía por una claraboya y desde allí miraba la calle y las gentes. Luego, su mirada se perdía entre las torres de la catedral. Él estaba acostumbrado a andar por los tejados; al menos, por el suyo.