Guillermo tenía dos grandes problemas, el primero era que cada noche le entraba un miedo terrible, y el segundo que mentía a sus padres fingiendo que era muy valiente. Esta historia refleja los miedos infantiles de una manera clara y comprensible para los lectores, y aborda el tema con sencillez, ternura y humor haciendo que muchos de los niños se identifiquen con la narración.
Guillermo tenía dos grandes problemas, el primero era que cada noche le entraba un miedo terrible, y el segundo que mentía a sus padres fingiendo que era muy valiente. Esta historia refleja los miedos infantiles de una manera clara y comprensible para los lectores, y aborda el tema con sencillez, ternura y humor haciendo que muchos de los niños se identifiquen con la narración.
Guillermo y el miedo
Había una vez un niño llamado Guillermo, que tenía dos grandes problemas.
El primer problema era que cada noche le entraba miedo. En cuanto llegaba la noche, negra como un cuervo, le entraba un miedo terrible. Entonces su corazón latía muy rápido, se le hacía un nudo en la garganta, y sus manos y rodillas comenzaban a temblar.