La apariencia física -y, en concreto, su original forma de vestir- es el motivo por el que a Pedro lo consideran en el pueblo un hombre diferente, extraño. En esta historia Bernardo Atxaga cuenta a los primeros lectores que para saciar la curiosidad y resolver las dudas o misterios que nos acosan en algunos momentos, y para no hacer falsos juicios de valor, lo mejor es preguntar a la persona interesada y hablar directamente, sin prejuicios. En cada página los niños tendrán que buscar una rata que se ha escondido en algún rincón.
La apariencia física -y, en concreto, su original forma de vestir- es el motivo por el que a Pedro lo consideran en el pueblo un hombre diferente, extraño. En esta historia Bernardo Atxaga cuenta a los primeros lectores que para saciar la curiosidad y resolver las dudas o misterios que nos acosan en algunos momentos, y para no hacer falsos juicios de valor, lo mejor es preguntar a la persona interesada y hablar directamente, sin prejuicios. En cada página los niños tendrán que buscar una rata que se ha escondido en algún rincón.
La gente de mi pueblo
En el pueblo donde yo nací vivían unas mil personas, y una de ellas era un hombre de una cierta edad llamado Pedro. Llevaba siempre un turbante en la cabeza y, en eso, era el único en el pueblo. Todos los demás llevaban boina, o llevaban la cabeza descubierta. Los niños del pueblo se preguntaban: ¿por qué un turbante? No acertaban a explicárselo.