Tendido sobre la nieve
Estaba a punto de salir con la mochila cargada de naranjas a buscar la Luna. Naranjas es un decir, pero la verdad es que me sentía pletórico, como después de mis mejores partidos. Llevaba todo lo necesario para pasar tres días en un refugio de montaña. ¡Con Esther! Contra mi costumbre de improvisar, había preparado cada detalle la noche anterior antes de acostarme. Buscando la brújula en el fondo de un cajón me salieron unos condones que tenía escondidos. Los miré y los volví a dejar. Rafa ya los utilizaba. Con Sandra. Él no dijo con quien pero todo se acaba sabiendo. Yo los había comprado el día que me enteré de su aventura.