Veinte mil leguas de viaje submarino
El año de 1866 quedó en la memoria de muchas personas porque sucedió un hecho inexplicable: varios barcos se habían encontrado en el mar con «una cosa enorme», un objeto largo, fosforescente a veces, infinitamente más grande y más rápido que una ballena. El mundo entero estaba sobrecogido por aquella aparición maravillosa.
En efecto, el 20 de julio de 1866, el barco de vapor
Gobernor-Higginson, que hacía una ruta por la India, se encontró con la masa movediza a cinco millas al este de las costas de Australia. El capitán Baker creyó que aquello era un peñasco desconocido, pero salió de dudas al observar que lanzaba, silbando, dos columnas de agua a una altura considerable.