En este cuento, el gran maestro de la literatura infantil relata las aventuras y desventuras de Pulgarcita, una niña pequeñita nacida de un grano de cebada. Primero secuestrada por una rana, más tarde por un abejorro para terminar viviendo junto a una rata y un topo, que, para colmo, quiere casarse con ella. Su liberación llega gracias a la intervención de una golondrina, que transporta a la protagonista a un sitio cálido, donde conocerá a su ángel de las flores.
En este cuento, el gran maestro de la literatura infantil relata las aventuras y desventuras de Pulgarcita, una niña pequeñita nacida de un grano de cebada. Primero secuestrada por una rana, más tarde por un abejorro para terminar viviendo junto a una rata y un topo, que, para colmo, quiere casarse con ella. Su liberación llega gracias a la intervención de una golondrina, que transporta a la protagonista a un sitio cálido, donde conocerá a su ángel de las flores.
Pulgarcita
Había una vez una mujer que siempre había anhelado una niña pequeñita, pero no sabía cómo hacer para tenerla. Entonces decidió ir a consultar a una vieja bruja y le dijo:
–Me gustaría muchísimo tener una niña pequeñita. ¿Puedes decirme cómo conseguirla?
–Sí, eso no es difícil –respondió la bruja–. Toma este grano de cebada, es distinto de los que siembran los labradores en sus campos y de los que se dan a las gallinas de comer. Siémbralo en una maceta, espera y verás lo que sucede.
–¡Muchas gracias! –dijo la mujer mientras entregaba algunas monedas de plata a la bruja.