Chupacazuelas
Llueve a mares. Llueve a cántaros. Caen chuzos de punta. Si Lorenzo estuviera allí, diría: «Caen cuernos de punta». Alejandro cierra el diccionario y canturrea: «Que llueva, que llueva...» Después, con el dedo, escribe sobre el cristal empañado: «Llueve a mares» y dibuja un oleaje flotando por encima de la casa.
Mamá está en el hospital con Lorenzo, que se ha vuelto a dar un coscorrón.