El protagonista de este cuento cree conocer muy bien los deseos de su nuevo amigo, un cactus que soporta pacientemente el exceso de atenciones que recibe. A través de una galería de personajes fantásticos, texto e ilustraciones, se aborda el tema de la sobreprotección y del respeto. Metáfora que puede ser aplicable a nuestra relación con las mascotas o con las propias personas. En el primer caso, para adecuar nuestros cuidados a sus necesidades, sin sobrepasarnos. Y en el segundo, para no olvidar nunca de preguntarnos por lo que el otro necesita.El protagonista de este cuento cree conocer muy bien los deseos de su nuevo amigo, un cactus que soporta pacientemente el exceso de atenciones que recibe. A través de una galería de personajes fantásticos, texto e ilustraciones, se aborda el tema de la sobreprotección y del respeto. Metáfora que puede ser aplicable a nuestra relación con las mascotas o con las propias personas. En el primer caso, para adecuar nuestros cuidados a sus necesidades, sin sobrepasarnos. Y en el segundo, para no olvidar nunca de preguntarnos por lo que el otro necesita.
Cactus
–Así que regresaste, Somalico. –Regresé porque los cactus me gustaron mucho. –Si prometes cuidarlo bien, te regalo uno. –¿De verdad? –¡Oigan, miren todos! ¡Me regalaron un cactus! Lo llamaré... Cactusito. Sí, Cactusito. Y entre todos lo cuidaremos muy bien.