Malif y el lobo
La noche es fría y oscura. Malif se tapa bien con la manta. Mira el fuego fijamente. Las llamas lamen los troncos de leña. Y crepitan, rojas y azules. Naranjas y doradas. A Malif le entra sueño. Pero, de repente, se oye un ruido extraño. Malif mira hacia el desierto oscuro.
–¿Qué fue?
–Un lobo –gruñe el padre.
–¿Un lobo? ¿De verdad?
–O un ladrón –dice el viejo Rafik.
–No...
–A lo mejor es un asesino –susurra tío Ízar.
Malif se quita la manta de un tirón. Corre hacia su padre y se refugia en sus brazos.