El oso del abuelo
Era la primera vez que Ruth se quedaba sola en casa de su abuelo. Dormía en la habitación que el abuelo tenía cuando era pequeño, pero ahora el cuarto parecía muy vacío. Ruth lamentaba no haberse llevado algunos de sus juguetes. No tenía ninguno para jugar y además no le gustaba estar sola a oscuras.
Pero pronto se le cerraron los ojos y se durmió enseguida.
De repente, Ruth oyó un ruido y abrió los ojos.
La luz de la luna se filtraba a través de las cortinas e iluminaba un armario abierto...