Jean Fugére escribe con las palabras que forman el prólogo a esta obra un relato de lo que Poulin, ilustrador del Bestiario, dibuja en su catálogo. En la obra se suceden cuadros de animales extraños que configuran una cadena de reflexiones formuladas con el lenguaje de la imagen. Con un trazo realista, Poulin lanza en su monólogo interior continúas referencias a la pintura y la literatura, cargando los dibujos de intertextualidad y simbolismo. El libro es ejemplo del poder catártico del arte que alivia el dolor del creador. Su bálsamo es el placer de crear y es la fantasía, en concreto, la que lo devuelve a tierra firme.
Jean Fugére escribe con las palabras que forman el prólogo a esta obra un relato de lo que Poulin, ilustrador del Bestiario, dibuja en su catálogo. En la obra se suceden cuadros de animales extraños que configuran una cadena de reflexiones formuladas con el lenguaje de la imagen. Con un trazo realista, Poulin lanza en su monólogo interior continúas referencias a la pintura y la literatura, cargando los dibujos de intertextualidad y simbolismo. El libro es ejemplo del poder catártico del arte que alivia el dolor del creador. Su... Seguir leyendo
Bestiario
En esa época -yo acababa de superar el listón de los treinta y nueve años- no las tenía todas conmigo.
Una pena de amor, de vida, de todo; uno de esos grandes baches que la vida te tiene reservados...