Una historia escrita en tono de humor y llena de disparates que harán reír al lector a la vez que toda la corte debe intentar sacarle una sonrisa a la princesa protagonista. Un canto a la libertad y a la democracia, de rechazo de las armas y en el que se reivindica la risa verdadera que sale del corazón. El cuento está dividido en tres partes; las dos primeras quieren ser una glosa de la famosa sonatina de Rubén Darío. También se alude a pasajes de cuentos populares como La princesa y el guisante, Piel de asno y La bella durmiente.Una historia escrita en tono de humor y llena de disparates que harán reír al lector a la vez que toda la corte debe intentar sacarle una sonrisa a la princesa protagonista. Un canto a la libertad y a la democracia, de rechazo de las armas y en el que se reivindica la risa verdadera que sale del corazón. El cuento está dividido en tres partes; las dos primeras quieren ser una glosa de la famosa sonatina de Rubén Darío. También se alude a pasajes de cuentos populares como La princesa y el guisante, Piel de asno y La bella durmiente.
La princesa triste
–La princesa está triste –susurraban, preocupados, los cortesanos en los salones y los pasillos del palacio. – ¿Qué tendrá la princesa? –se preguntaban, sorprendidos, los pajes y las doncellas. Pues la cosa era para estar preocupados, desde luego.