Conmovedor relato sobre la influencia de lo vivido y soñado en la infancia en el itinerario vital del ser humano. Con un lenguaje poético desbordante de metáforas, imágenes oníricas y matices sensoriales, Moure crea una bellísima historia en la que el lector descubrirá el poder de la escritura como vehículo para encauzar las emociones y los sueños para mantenerlos a flor de piel y hacer que vivamos una existencia más original y a la postre más auténtica. No es sólo el Bosque de la Senda donde habitan infinidad de seres mágicos y únicos; están también en el corazón de la protagonista, la cual, gracias a su fusión con el ruiseñor, descubre en sí misma una sinfonía de sentimientos.
Conmovedor relato sobre la influencia de lo vivido y soñado en la infancia en el itinerario vital del ser humano. Con un lenguaje poético desbordante de metáforas, imágenes oníricas y matices sensoriales, Moure crea una bellísima historia en la que el lector descubrirá el poder de la escritura como vehículo para encauzar las emociones y los sueños para mantenerlos a flor de piel y hacer que vivamos una existencia más original y a la postre más auténtica. No es sólo el... Seguir leyendo
En un bosque de hoja caduca
A veces me cuesta recordar lo que sentía cuando era niña; lo que pensaba, hasta lo que veía. Y necesito hacerlo porque no puedo ser quien soy si no consigo rescatar de mi memoria todas aquellas sensaciones. Son momentos de desconcierto porque no lo logro. Pero, otras veces, creo que estoy cerca; otras veces, como ahora, me asomo a la niñez de nuevo y entonces los aromas del bosque llegan a mí puros, vigorosos, casi ingenuos. Pero escribir «aromas casi ingenuos» es una tontería porque lo escribo desde la que soy ahora: una mujer adulta que duda de lo que fue y sintió cuando tenía doce años. De modo que supongo que sí; aquella niña era yo.