Los senderos del tigre
Tengo que contar algo muy extraño. El año pasado recibí una carta dirigida a mi padre de la estafeta de correos de Río Alto del Curibí (departamento de Madre de Dios, Perú) en la que se le comunicaba que tenían en su poder un baúl cuyo remitente era mi abuelo. Esto carecería de importancia si no fuera porque mi padre llevaba muerto desde 1970, víctima de un desgraciado accidente de automóvil, y que nunca conocí a mi abuelo. Se le dio por desaparecido en la selva amazónica en 1981. El baúl llegó a mi domicilio poco después de la carta, al cabo de un largo viaje por el tiempo que había durado veinticuatro años.