El tripulante de cometas
Gou Haoyou sabía que el espíritu de su padre habitaba entre las nubes, pues había visto a Gou Pei ascender a los cielos con alma, y bajar de nuevo sin ella.
Sucedió en el puerto, el día antes de que el Chabi se hiciese a la mar. Cuando el barco zarpara, Gou Pei, padre de Haoyou, formaría parte de la tripulación y se ausentaría durante varios meses. Por este motivo Haoyou le acompañó hasta el muelle; deseaba estar a su lado el mayor tiempo posible aquella última jornada que pasarían juntos.
–Cuando regrese a casa esta vez –aseguró Pei–, me encargaré de que te conviertas en aprendiz de marinero.