Como a muchos niños, a Elefante, a Ratita y a Rana les gusta hurgarse en la nariz. Como a todas las madres, a sus madres no les gusta que sus hijos lo hagan; pero, acaso, la mejor forma de convencerles no sea exagerando las consecuencias.Como a muchos niños, a Elefante, a Ratita y a Rana les gusta hurgarse en la nariz. Como a todas las madres, a sus madres no les gusta que sus hijos lo hagan; pero, acaso, la mejor forma de convencerles no sea exagerando las consecuencias.
Con el dedo en la nariz
A Elefante le encanta hurgarse en la nariz. Y a Ratita, su vecina, también le gustaba mucho. A Rana también le hubiese gustado meterse el dedo en la nariz, pero su madre no le dejaba. –¿Vosotros sabéis por qué mi madre no me deja meterme el dedo en la nariz? –preguntó Rana.
Este libro trata de:Animales, Aprendizaje, Autoafirmación, Educación, Aprendizaje, Relaciones sociales, Educación cívica, Relación niño-adulto, Mentiras