El rey rana o Enrique de hierro
En tiempos pasados, en los que el desear todavía servía para algo, vivía un rey cuyas hijas eran todas hermosas, pero la pequeña era tan hermosa que el mismo sol, que tantas cosas ha visto, se maravillaba cada vez que sus rayos le daban en la cara. Cerca del palacio del rey había un bosque grande y oscuro, y en el bosque, bajo un viejo tilo, había un pozo. Cuando el día era muy caluroso, la hija del rey iba al bosque y se sentaba en el brocal del pozo, donde se estaba fresquito. Y, si se aburría, cogía una bola de oro, la lanzaba hacia arriba y la volvía a coger, y éste era su juguete preferido.