Peter Pan de Rojo Escarlata.
–No pienso irme a la cama –dijo John para gran asombro de su esposa. Los niños nunca están dispuestos a irse a la cama, pero los adultos como John se mueren por reunirse con sus almohadas y sus edredones nada más terminar de cenar–. ¡No pienso irme a la cama! –repitió John con tal ímpetu que su mujer comprendió que estaba muy, muy asustado.
–Has vuelto a soñar otra vez, ¿verdad? –le preguntó con ternura–. Qué sufrimiento.
–Ya te lo he dicho. ¡Yo nunca sueño! ¿Qué tiene que hacer un hombre para conseguir que su propia familia lo crea?
Su mujer le acarició la cabeza y fue a abrir la cama. Allí, en el lado en el que solía dormir John, vio que algo abultaba.