Austramunia. Relatos de una tierra improbable
Las nubes tienen a veces la forma de huellas dactilares, aunque no sabemos de quién. En el cielo vive el Escultor de Nubes y, desde antes de que existiera alguien con la facultad de la memoria, se dedica a esculpir la materia de la que todo está hecho, dándole formas caprichosas o exactas que a nosotros nos está vedado entender, pero de las cuales se destila una belleza que no precisa comprensión. Modela incansable ejércitos y cordilleras, ciudades y monstruos extintos, bestiarios y retratos de los mapas del antiguo mundo.