Precioso álbum, ilustrado por Ana Juan, sobre la importancia de ser constantes para alcanzar nuestros sueños y sobre la necesidad de enfrentarse con coraje, imaginación y a la vez dulzura a las actitudes intolerantes, tanto por su sexismo como por su descarnada discriminación de la libertad de la mujer. Cuántos pequeños lectores –tanto ellas como ellos– se verán identificados con la protagonista, una pequeña que tiene que renunciar incluso a su condición femenina y servirse del engaño para alcanzar lo que para toda persona tiene que ser un derecho fundamental: el respeto de su persona, su género y su libertad para elegir su futuro profesional.
Precioso álbum, ilustrado por Ana Juan, sobre la importancia de ser constantes para alcanzar nuestros sueños y sobre la necesidad de enfrentarse con coraje, imaginación y a la vez dulzura a las actitudes intolerantes, tanto por su sexismo como por su descarnada discriminación de la libertad de la mujer. Cuántos pequeños lectores –tanto ellas como ellos– se verán identificados con la protagonista, una pequeña que tiene que renunciar incluso a su condición femenina y servirse del... Seguir leyendo
Elenita
La niña se llama Elena. Le gusta soplar vidrio.
El sol mexicano tiene color de cristal fundido y la Luna, al despertarse, se viste de cristal frío. Ella se parece a ambos. Los tres son buenos amigos.
Ésta es la historia de Elena. Escucha bien lo que hizo.
El padre de Elena era artesano vidriero, un oficio muy divertido que consiste en llenar los mofletes de aire y soplar el cristal líquido a través de un tubo. Si se hace con habilidad, se forman, como por arte de magia, bellas figuras: esferas, botellas, jarrones...